¿Qué es la Pedagogía Crítica?



Después de leer el interesante artículo de Herny A. Giroux, "Manifiesto de la Pedagogía Crítica" (recogido en el epílogo del libro "La otra educación. Pedagogías críticas para el siglo XXI") y cuya experiencia relaté en este post, hoy quiero compartir algunas conclusiones e ideas que dicha lectura me ha aportado.

Siguiendo las cuestiones que se han planteado en el foro de la asignatura como reflexión y debate, me lanzo a dar mis respuestas.

¿Cuáles son los principios fundamentales de la pedagogía crítica?

Siguiendo las ideas expuestas en el texto, la pedagogía crítica es aquella que "fomenta una cultura del cuestionamiento, del diálogo y del discernimiento", aquella en la que se enseña a los alumnos y alumnas a "ser pensadores independientes". Es aquella pedagogía que forma "estudiantes autónomos, críticos y cívicamente comprometidos". Una pedagogía que "conecta con la tarea social y política de la resistencia, del empoderamiento o de la democratización".

La pedagogía crítica, dice Giroux, "está situada dentro de un proyecto que ve la educación como central para formar estudiantes socialmente responsables y ciudadanos cívicamente comprometidos."

Esta pedagogía "tiene que ver simultáneamente con el conocimiento y las prácticas en las que juntos se compromenan maestros y estudiantes, y en los valores, las relaciones sociales y las visiones legitimadas por dicho conocimiento y dichas prácticas. Una pedagogía así escucha a los estudiantes, les da voz y un rol en su propio aprendizaje, y reconoce que los maestros no sólo educan a sus estudiantes, sino que también aprenden de ellos."

Además, la pedagogía así entendida "legitima formas particulares de conocer, de estar en el mundo y de relacionarse con los demás". Cosa realmente necesaria en nuestra realidad actual.

La pedagógía crítica "rechaza la noción de estudiantes como recipientes vacíos que simplemente absorben conocimiento muerto. En cambio, abarca formas de enseñar que les ofrecen a los estudiantes el desafío transformar el conocimiento más que de simplemente procesos los conocimientos recibidos.

La pedagogía crítica "se basa en el supuesto de que el aprendizaje no tiene que ver con la memorización del conocimiento muerto y de las habilidades asociadas con el aprendizaje para el examen, sino con el compromiso con una lucha más amplia por lo derechos individuales y la justicia social". "Sugiere brindar a los estudiantes habilidades, ideas, valores y autoridad necesaria para que ellos nutran una democracia sustantiva, reconozcan formas antidemocráticas de poder y luchen por las injusticias profundamente enraizadas en una sociedad y en un mundo basado en desigualdades sistémicas, económicas, raciales y de género." Debe  "permitirles comprometerse como ciudadanos críticos dispuestos a pelear por una sociedad más sustentable y más justa".


Esta pedagogía pretende romper, por tanto, con concepciones pedagógicas "de la estupidez y de la represión", basadas en "la memorización, la conformidad, la pasividad y los exámenes de alto impacto", que "matan la imaginación", "enseñan confusión" e "ignoran los contextos históricos y relacionales". Una pedagogía "que mata el espíritu, promueve la conformidad, y es más adecuada para una sociedad autoritaria que para una democrática".

Así pues, podemos decir que la Pedagogía Crítica buscar facilitar "la construcción de una sociedad sustantivamente democrática". La construcción de una sociedad compuesta por ciudadanos con cultura, libres, cívicos, críticos, proactivos y responsables, que apuesten por una sociedad justa, democrática y cooperativa, donde haya sentido de comunidad y donde todos participen activamente en beneficio de un bien común.

El problema es... ¿interesa realmente la construcción de este tipo de sociedad democrática, crítica y participativa? Tal y como vemos en el texto, no. No, porque de esta manera se cuestionaría el poder, y eso no interesa a quienes lo albergan.

Es por ello que se siguen promoviendo pedagogías centradas en todo lo contrario. Pedagogías de la represión y la estupidez. De la individualidad. Porque es mucho más fácil manejar a un rebaño dócil, inculto, pasivo, sin estrategias para la organización y que, además, está aislado en una sociedad individualista, que rivaliza entre sí en lugar de cooperar por el beneficio de todos.

La educación es, por tanto, una herramienta para el control de masas. Y mientras ésta siga estando tan fuertemente influencia por gobiernos y mercados, los cambios que veremos serán pocos.

Es necesario, pues, un movimiento social fuerte y contundente, que logre que los estados y gobiernos se posicionen de parte de la Pedagogía Crítica, para promover leyes educativas que realmente hagan posible el cambio de paradigma.


¿Qué diferencias existen entre nuevas pedagogías y pedagogías críticas?

Es evidente que de un tiempo a esta parte ha habido una gran proliferanción de metodologías nuevas, que proponen una innovación educativa. La cuestión es que no todas ellas se fundamentan en una visión crítica de la pedagogía, sino que muchas sólo proponen una nueva forma de enseñar, pero basandose en el mismo estilo pedagógico de fondo: el de "la pedagogía de la estupidez y la represión".

Un cambio metodológico es un cambio en algunas de las variables a la hora de dar clase, pero en muchos de fondo sigue habiendo un paradigma educativo propio del siglo pasado.

Las nuevas pedagogías son nuevas formas de hacer viejas cosas. La pedagogía crítica es una nueva forma de entender la educación, desde la base, desde sus filosofía.


¿Qué tienen de crítico algunos de los nuevos modelos pedagógicos que se están poniendo de moda en los últimos años?

En relación a lo comentado en la pregunta anterior, hay nuevos modelos pedagógicos, como "la clase invertida" o los "MOOC" que efectivamente proponen un cambio en la forma de dar clase, pero que no garantizan per se, una transición hacia una pedagogía crítica. Más bien depende de la filosofía y el acierto -o no- con la que el docente decida hacer uso de dichas metodologías.

Una clase invertida o un MOOC será crítico -o no- en base a qué visión pedagógica tenga el docente que las propone. O puede simplemente limitarse a seguir reproduciendo una pedagogía para nada crítica, aunque usando nuevas tecnologías para ello.

Por tanto, no se trata de cambiar el color de las paredes de una casa; sino de hacer una reforma real que afecta hasta los cimientos. Una vez hecha la reforma, entonces podremos elegir el color de las cortinas y los cuadros de la pared. Hacerlo antes, es sólo un intento de mejora a la desesperada, de una casa en ruinas que, inevitablemente, se cae a pedazos.


¿Por qué es necesaria (si lo es) una pedagogía crítica para alcanzar un elevado estándar democrático?

Porque promueve una visión de la educación que hace al estudiante responsable de sí mismo, de su aprendizaje y de su impacto en la sociedad. Es una pedagogía que promueve la mejora social y la participación ciudadana, y por tanto, promueve la democracia y la participación activa y crítica de la sociedad.



Evidentemente estas son mis reflexiones y opiniones tras la lectura, y por supuesto que puede haber muchas más interpretaciones. Y eso es lo interesante y lo bonito; poder contrastar ideas, iniciar debates y promover conversaciones, con el fin de poder profundizar en este tema tan interesante.


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